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Pierre Robin
Cirujano de la fotografía

Por Daniel Greve Schels

Este francés de 25 años que llegó de paso a Chile por una práctica de medicina encontró en sí mismo un viajero más visceral que un médico sedentario. Por eso, sacó de su alma nómade la mejor receta para una enfermedad pasional : la fotografía. Cámara y talento se fueron con jeep y mochila al altiplano chileno para encontarse con la inmensidad y el silencio.

La naturaleza se ha posado « naturalmente » en la vida de Pierre Robin. Con su anatomía y sus paisajes corpóreos, tal como si lo hiciera con el ser humano. Porque si bien no usa guantes quirúrgicos ni bisturí en este hemisferio de sus pasiones, los collages que realiza con sus fotografías bien podrían interpretarse como un nuevo recorrido humano de imágenes asombrosas.

Finalizó su práctica en el hospital J.J Aguirre de Santiago y abordó la ruta que lo llevaría al altiplano. Ahí, en las alturas, en la inmensidad, en el desierto, en el silencio, en lo asombroso de nuestro norte cordillerano encontró una aventura en cada una de las siluetas naturales que su cámara congeló en el calor y la soledad. Aunque enfatiza que « la aventura no está en cada foto sino en todas. En el altiplano, cada kilómetro es nuevo y viene con paisajes más alucinantes ».

Como el « «iceberg » del Altiplano, en Puchutilza. Le daba esa sensación de quedarse sin respiro ante algo imposible. « Me quedé una hora sin hacer nada, sólo mirando y diciendo: « no es verdad, estás en un sueño, ¡¡te vas a despertar pronto!! »

Aunque dice no haber tomado muchos riesgos reconoce que tuvo miedo. Sobretodo por la cantidad de desperdicio bélico que está desparramado en la ruta, que se presenta como una planicie de batalla fantasmal, con cadáveres de sal."Tuve que cruzar el campo de minas que hay cerca del salar de Surire con el 4x4…¡sin salir del camino! », recuerda.

-¿Con qué se podría comparar ese lugar?

-Podría ser una gran habitación donde un guagua juega con su auto de juguete o con el interior de un cerebro; un cerebro con grandes perspectivas o con el espacio, porque no hay ruido, no hay movimiento y el tiempo parece detenerse. ¡Sí! Pienso que me gusta el altiplano porque el tiempo no es el mismo que en el metro de Paris. No va a la misma velocidad.

-¿Qué sientes cuando llegas a Francia…qué echas de menos y qué adoras dejar?

-Siento felicidad por ver de nuevo a mi familia y también a mi país. Me gusta Francia de otra manera que Chile. Lo que echo más de menos es la despreocupación, lo calmo y mágico del altiplano.

-¿Cuál es tu relación con el cuerpo humano? ¿Puede un paisaje ser comparado con el cuerpo?
-Uno puede comparar cualquier cosa con cualquier cosa. A mí me gustaría más comparar un paisaje con un ser que con un cuerpo, porque pienso que los paisajes tienen alma.


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Galería de fotos de Pierre Robin (collages)

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Contacto

pierrerobin@colicola.com